- Corresponden a dos fincas colindantes con el Parque Nacional Volcán Irazú, Sector Prusia.
- Compra fue posible gracias a fondos provenientes del Primer Canje de Deuda por Naturaleza EE.UU. – C.R., administrado por la Asociación Costa Rica por Siempre.
San José, 21 de marzo. En el marco del Día Internacional de los Bosques, este miércoles 21 de marzo, se firmó la compra-venta que asegura que 820.000 m² de páramo sean conservados a perpetuidad.
Se trata de dos fincas de 47 y 35 hectáreas, respectivamente, que contienen páramos diversos y florísticamente espectaculares, con bosques de robledales mixtos, árboles aislados de Quercus sp. y Salvia sp., así como otras especies como la sombrilla de pobre (Gunnera insigis), algunas ericáceas, y varios géneros de hierbas incluyendo una gran diversidad de macrohongos.
El monto de la compra asciende a ¢308.825.704,92 colones, incluidos el valor de la tierra, costos legales y de formalización, así como costos por mantenimiento y administración por parte de FUNDECOR. Forma parte del Proyecto “Propuesta de Compra de Tierras para la Conservación y Protección de la Zona de Vida Páramo Tropical en el área cercana al Parque Nacional Volcán Irazú” ejecutado por esta entidad con fondos donados por Primer Canje de Deuda por Naturaleza entre EE.UU. y C.R.
“La compra de estas tierras contribuirá a los esfuerzos del Área de Conservación Central (ACC) del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC)para conectar al Parque Nacional Volcán Irazú con el Parque Nacional Braulio Carrillo, considerando variables biofísicas, biológicas y socioeconómicas”, mencionó Lesbia Sevilla, Presidenta del Comité de Supervisión del Primer Canje de Deuda por Naturaleza EE.UU. – C.R.
Esta área estuvo dedicada a la producción de leche y, actualmente, está en proceso de recuperación para contribuir en la protección de los páramos del país, los cuales enfrentan serias amenazas como la cacería, incendios forestales, extracción de plantas, erosión, deslizamientos, deforestación y cambio climático. Se escogió porque contribuirá a llenar un vacío de conservación determinado por el estudio GRUAS II.
“Es un gran paso para la conservación del país, ya que estas zonas núcleo están siendo alteradas para convertirlas en áreas agrícolas como el cultivo de papa o la producción ganadera, lo cual pone en riesgo los ecosistemas presentes en el lugar”, indicó Felipe Carazo, Director Ejecutivo de FUNDECOR.
